EMPRENDER LA LECTURA CAMINANDO: UNA CONDUCTA IMPACTANTE (6)

!Hola de nuevo!, !qué tal!, ¿habéis intentado ya la aventura de leer caminando?. 

Mi sobrino Juan Miguel sí que lo intentó, y ofuscado con la negativa experiencia me dijo que yo era una simuladora, que a él le había resultado imposible andar y leer... me reí mucho mientras me lo contaba; pero....  ¡no hay que desanimarse!, ya he comentado en otros apartados, que yo lo he conseguido tras muchísimos años de ser una simple lectora aficionada. 

Ahora me han incluido dentro de un club de lectura que nuestra bibliotecaria,  Isabel Raya conduce y estoy un poco atemorizada pues medirme con personas más maduras y evolucionadas que yo, me da un poco de miedo. Espero que esto sea sólo al principio.

Volviendo a nuestro tema, alguien nos puede decir que es más constructivo leer en un ambiente relajado, con buena temperatura, descansando en un gran sillón... y, la verdad, tengo que decirle que puede ser cierto, pero esta habilidad mía, que seguramente practicarán más individuos en todo el planeta, es más gratificante: la cantidad de músculos internos y externos que ejercitas son muchísimos. Si muchos médicos coinciden en decir que el andar es el ejercicio físico más completo que existe, si a esto le añadimos el leer, estamos haciendo un ejercicio que auna lo físico y lo intelectual a la perfección. Tenemos una grandísima cantidad de músculos en movimiento: los orbiculares de los ojos, el explenio de la cabeza, el esternocleidomastoideo del cuello, los trapecios de los hombros, el serrato mayor debajo de la axila, el deltoides del hombro, los biceps y triceps, los pronadores, los supinadores, los flexores de los dedos, el abductor (todos del brazo), y de las piernas podemos citar: el vasto externo, el cuádriceps, el sartorio, el recto el vasto, el gemelo interno y el sóleo, por citar algunos de ellos.

Cuando terminas una hora de marcha en estas circunstancias, te sientes como cuando acabas de darte una buena ducha, y una buena friega con un buen jabón, !pero no vallais a dejar de salir a intentar, por lo menos leer, mientras paseaís y pretendáis quedaros con una buena ducha en casa!, en realidad , !no tiene comparación!.

Juana M.V.G.