Esta tarea se la dedico muy especialmente a mi sobrino Juan Carlos, que es el que más admiración siente por este entretenimiento mío de acompañar mi paseo diario con mi mp4 y un buen libro. También se la dedico a todas las personas que como él aman la lectura.
Mucha es la admiración que despierto en el paseo, andando a paso ligero, escuchando música y leyendo a la vez. Yo lo veo natural, pero puesto que despierta mucha admiración esta conducta mía tengo que decir, que debe ser una cosa así como montar en bicicleta.
Juan Carlos quiere que yo le enseñe a hacerlo (tan solo tiene once años), y, desde aquí le digo que es algo que tiene que conquistar él solo. No porque un escalador determinado haya conquistado la cumbre del Everet, todos los escaladores lo consiguen.
Tiene que haber una preparación previa, un gran deseo y una gran ilusión. De todas formas voy a poner todas mis energías en que tú, Juan Carlos (y de paso, quien también se anime) comprendas lo importante que puede ser tener un entretenimiento de gran calibre: ¡Te imaginas que, si en vez de estudiar conocimiento, o lengua, o filosofía, etc. en casa, lo estudiaras paseando por un maravilloso parque lleno de sol y calor... ¡¡qué utopía!!.
No quiero desanimar a nadie, porque la mayoría de la gente sabemos montar en bicicleta, o nadar, son cuestiones que aprendemos solos, por nuestra propia experiencia: Como debe ser.
La próxima vez que coincidamos, te contaré cómo descubrí que podía desplazarme tan acompañada de mi libro por el paseo.
Juana M.V.G.
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